Un testimonio desde la tarima y la mesa de jueces
Primeras impresiones y admiración
Cuando empecé a escuchar sobre las competencias de baristas en Costa Rica, me llamó muchísimo la atención. Admiraba a esos apasionados que explicaban con claridad temas que yo desconocía, y que, frente a jueces, preparaban muchos cafés en poco tiempo con una precisión asombrosa.
Con ilusión, intenté acercarme a algunos de esos baristas. Algunos me hicieron a un lado, quizás por arrogancia. Pero otros me abrieron la puerta, me guiaron, me enseñaron todo lo que podían. A esas personas les debo el inicio de mi proceso como competidor.
El inicio de la compe: entre ilusión y desilusión
Ya con mentalidad competitiva, empecé a escuchar frases como “siempre ganan los mismos” o “todo está arreglado”. Eso asusta y desilusiona, pero con la frase «sin miedo al éxito», tan común aquí en Costa Rica, me lancé a participar en competencias amateurs para sentir lo que se vive frente a los jueces.
Desde el día de inscripción, todo es un reto: ansiedad, estrés y miedo. La preparación es vital: estudiar el reglamento, elegir un café acorde al concepto, encontrar ese perfil sensorial soñado. A veces, parece que el café lo elige a uno. Su origen, su proceso, su historia… empiezan a guiarme. Y ahí comienza la magia: contar una historia a través de una taza.
Competencias amateurs: el mismo corazón que en nacionales

He participado en varias competencias amateurs a nivel nacional. Desde la primera hasta mi llegada a una competencia nacional oficial, sentí la misma adrenalina. Me preparé con intensidad: reforcé conocimientos sensoriales, en métodos, en tueste. Mi objetivo es claro: entender por qué el café sabe cómo sabe.
Así empezó mi obsesión por mantener siempre el espíritu de estudiante.
Aprendizaje junto a los grandes
Fui parte del equipo de apoyo en competencias nacionales (2017, 2020 y 2021). En tres ocasiones ganaron baristas admirables: Yicarlo Sankey, Tacho Castro y Ricardo Azofeifa. Estar junto a ellos y otros profesionales —catadores, tostadores, entrenadores— fue clave en mi formación.
Vi de cerca cómo se vive en “modo competencia” 24/7. Aprendí que en el proceso hay que tomar decisiones rápidas, incluso hacer cambios drásticos a último momento. Es un proceso mental, técnico y emocional que solo quien lo ha vivido puede comprender.
¿Están arregladas las competencias?
Con mi experiencia como competidor y también como juez sensorial, puedo decirlo con honestidad: NO, las competencias en Costa Rica NO están arregladas.

¿Y porque siempre los mismos?
Lo que sí sucede es que los mismos baristas, entrenadores y tostadores siguen ganando porque tienen claro lo que quieren. Su perseverancia, su obsesión por mejorar, probar, fallar y volver a intentar, los mantiene constantemente en el podio. No es suerte. Es trabajo.
El verdadero premio
En todas las competencias, sin importar el resultado, el verdadero premio está en el proceso: horas de investigación, pruebas, discusiones, errores, lágrimas, noches en vela, días hablando solo, soñando con el momento de presentación.
Cada competencia me hace mejor que el yo del pasado. No compito contra otros, compito conmigo mismo. El objetivo es simple: ser mejor que ayer, corregir errores con humildad y mejorar una variable a la vez.
Reflexión final: la responsabilidad que tenemos
Costa Rica es un país pequeño en territorio, pero grande en calidad cafetalera. Nuestra producción no alcanza para abastecer el consumo local y, aun así, somos referencia mundial por nuestra calidad.
Los productores —con su humildad, resiliencia e innovación constante— confían en nosotros, los baristas, para representarlos nacional e internacionalmente. Entonces, la pregunta que debemos hacernos es:
¿Estamos nosotros, como gremio, realmente a la altura del trabajo que ellos hacen todos los días en sus fincas?
Conclusión:
En lugar de alimentar rumores y dudas, comprometámonos con la transparencia, el respeto por el oficio y la mejora continua. Competir no es por premio, estatus o ego, es por un café excepcional, una historia, una finca, una comunidad. Que cada presentación sea un homenaje al productor, al café y al compromiso de ser mejores cada día.
Competir no es solo por un premio, es por una historia, una familia, una comunidad.
«Cada competencia me hace mejor que el yo del pasado. No compito contra otros, compito conmigo mismo.» Javier Calderón Brew Haus Coffee Blog
¿Has competido o participado como juez? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios.
